Colorantes
Generalidades
Un colorante es un compuesto coloreado soluble en el medio en que se utiliza. Los colorantes sirven sobre todo para teñir, es decir, para colorear la superficie de las fibras textiles. En la actualidad, también pueden ser empleados en las industrias alimenticia, farmacéutica y cosmética. Su origen puede ser vegetal o animal.
Colorantes vegetales euroasiáticos
Hubo numerosos colorantes de diferentes calidades. Entre los de origen vegetal más importantes figuran: la rubia, proveniente de la raíz de la hierba Rubia tinctorium (para el rojo vivo), el glasto, proveniente de la planta Isatis tinctoria (para el azul), la gualda y el azafrán (para el amarillo), el zumaque (para el negro) y una variedad de añil (para el azul índigo).
Rubia tinctorium
Isatis tinctoria
Gualda
Azafrán
Colorantes animales euroasiáticos
Entre los colorantes de origen animal figuran: el púrpura, obtenido de un molusco llamado múrice, común en el Mediterráneo (se necesita matar diez mil ejemplares de estos moluscos para obtener un gramo de colorante). También existían tres variedades de cochinilla: la quermes, la de Polonia y la del Extremo Oriente, todas de calidad inferior a la mesoamericana.
Múrice
Cochinilla de Polonia
Quermes
Colorantes prehispánicos
Como colorantes de origen animal se utilizaron la grana o cochinilla (llamada nocheztli en náhuatl) y una variedad de púrpura proveniente del molusco Purpura patula pansa (llamado tixinda en mixteco), que no requería de estar muerto para que pudiera obtenerse su materia colorante, la cual tiene como característica el poder fijarse a la tela por oxidación al mero contacto del aire y del sol.
Nocheztli (grana)
Diversidad de colorantes
De origen vegetal eran el palo de Campeche, el palo de Brasil y el achiote (para el rojo), dos variedades de añil y la sacatinta o hierba de Santa Inés (para el azul) y una planta parásita llamada Cuscuta tinctoria o Cuscuta americana (para el amarillo).
También se combinaban colorantes vegetales con sustancias inorgánicas para obtener otros colores, como el azul maya (mezcla de un extracto de añil con un elemento mineral llamado atapulguita).Palo de Campeche o de tinte
Añil cimarrón
Colorantes coloniales: grana
Origen: Proviene de un insecto pequeño de la especie de los hemípteros que se cría en el nopal.
Especies: Fina y silvestre.
Zonas productoras: a) Fina, en la región Mixteca, en Tlaxcala y en Puebla.
b) Silvestre, en Chiapas, la Península de Yucatán y Autlán (Jal.).
Telas de aplicación: Lana, seda y algodón.
Modo de obtención: El tinte escarlata se obtiene del cuerpo disecado de la hembra, ya que el macho no tiene importancia colorante. La cochinilla es puesta en una solución de alcohol y éter para descomponerla en tres partes: la carmina (sustancia con propiedad tintórea), materia grasa y materia animal, de donde se extraen los “granos” de color rojo que, al ser tratados en alcohol concentrado, se logra descomponer la carmina pura.
Colores obtenidos: Directamente, rojo escarlata y carmesí, y en combinación, matices de anaranjado, oro, guinda, carne, capuchina, geranio brillante, morado y amarillo rojizo.Colorantes coloniales: añil
Origen: Árbol del añil, de tierras tropicales, que mide metro y medio de altura. Pertenece a las leguminosas y su propiedad tintórea está en el indicán, de las partes verdes de la planta. El indicán, después una fermentación, se convierte en indigotina (sustancia que lo hace colorante).
Especies: De flor (la más codiciada y cara), sobresaliente y de corte.
Zonas productoras: Península de Yucatán, Chiapas, Tabasco, Guatemala, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Colima, Morelos, y Puebla.
Telas de aplicación: Lana, seda, lino y algodón.
Modo de obtención: Moler finamente las pastillas o barras y convertirlo en blanco de añil, que se disuelve en un líquido alcalino donde se remoja la fibra a teñir. El remojo puede repetirse varias veces, hasta obtener la tonalidad que se desea. La tela al aire para que, por oxidación, se produzca nuevamente la conversión de la indigotina y se tiña la tela. Luego se lava con agua acidulada, se enjuagarla y pone a secar.
Colores obtenidos: Diversos tonos de azul, e incluso el violeta.Colorantes coloniales: palo de tinte
Origen: Árbol espinoso con una altura de 15 metros. Su tronco, retorcido y nudoso, llega a medir de 45 a 60 cm. de diámetro. Su corteza es áspera, de color moreno-grisáceo y sus ramas, aplanadas y hendidas.
Especies: Kanek, sabakek y calpinek.
Zonas productoras: Tabasco, Península de Yucatán y Belice.
Telas de aplicación: Lana, seda y algodón.
Modo de obtención: Se usan los troncos que poseen una gran cantidad de hematoxilina. Al contacto con el aire, el sol y la humedad, esta sustancia se oxida y la convierte en hemateína (sustancia que la hace colorante). La tintura se puede obtener por cocción, previa oxidación. En otros casos, la conversión se efectúa en el mismo teñido, aprovechando la acción oxidante del aire y de los mordientes con los que se combina.
Colores obtenidos: Directamente, rojo y negro, y en combinación; violeta, negro azulado, negro verdoso, amarillo, amarillo rojizo y rojo muy obscuro.Colorantes naturales: su decadencia
Grana: Con las anilinas, bajó la producción a mediados del siglo XIX, que perduró hasta las primeras décadas del siglo XX.
Añil: En 1878-1880, Bayer produjo el índigo artificial. El proceso se generalizó en 1896.
Palo de tinte: La obtención del sintético similar a la hemateína fue más difícil de obtener. Por ello, la importancia del colorante natural perduró hasta la primera mitad del siglo XX.
Actualmente los tres colorantes que tuvieron importancia en la época colonial se siguen produciendo y empleando en pequeña escala, en especial, en el trabajo artesanal de ciertas regiones del sur y sureste de México.Fibra de agave teñida con grana.
Bibliografía
Contreras Sánchez, Alicia del Carmen: Capital comercial y colorantes en la Nueva España. Segunda mitad del siglo XVIII. El Colegio de Michoacán-UADY, Col. Investigaciones, Zamora, Mich., 1996.
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Mastache, Guadalupe: “El tejido en el México Antiguo” en Arqueología Mexicana, Vol. III, No. 17, enero-febrero de 1996.
Turok, Marta: “Xiuhquilitl, nocheztli y tixinda: tintes espectaculares del México Antiguo” en Arqueología Mexicana, Vol. III, No. 17, 1996.
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